La gran mayoría de las viviendas cuentan con un sistema de fontanería compuesto por tres partes: el sistema de suministro de agua, las instalaciones fijas y el sistema de desagüe. El agua llega a través de una línea de distribución principal dependiente de la administración municipal, aunque puede ser suministrada por una empresa privada o una compañía pública. El agua pasará a través de un contador que registra nuestro uso. Aquí entra en juego nuestra red de suministro, con la que crearemos presión suficiente para asegurar un caudal adecuado en toda nuestra vivienda. El agua llegará al calentador y será distribuido por toda la vivienda
mediante nuestra red de tuberías de agua caliente y de agua fría. La red de tuberías conectará con todos los aparatos e instalaciones fijas como el fregadero, la ducha y la lavadora. La red de desagüe garantizará la ventilación y drenará el agua usada hasta el alcantarillado.